Notimex
Movimientos rítmicos, meditación, ejercicios, expresiones, silencios, sonidos guturales y musicales conforman la terapia psicocorporal que dirige Alicia Zappi Rosemberg, directora de Río Abierto, un centro dedicado al desarrollo armónico del cuerpo. El “movimiento expresivo energético”, eje fundamental del trabajo de Alicia y su equipo, busca ser una “respuesta a los desequilibrios de nuestra forma de vida, generalmente sedentaria, con exceso de actividad mental y estrés, y con un escaso contacto con la naturaleza”, refiere la experta.
En Río Abierto, la terapia tiene lugar a través del movimiento corporal con ritmos sostenidos “que nos obligan a atravesar barreras de condicionamientos internos, a recurrir a nuestro potencial oculto, a hacer lo que no haríamos”, explica la maestra. Así, en un salón que no es de baile, ni gimnasio ni consultorio ni templo, pero tiene un poco de todos esos lugares, un grupo de 10 mujeres se estira, gira, flexiona, medita, salta, siempre buscando “informar a la mente que hemos tocado el agua de un río de paz que comienza a impregnar nuestros sentidos”, en palabras de una alumna. “Cada gesto nuestro tiene una intención, una emoción y un pensamiento, y eso es lo que estamos trabajando todo el tiempo.
En general no repetimos fórmulas de movimiento, sino que es un movimiento que se va generando a sí mismo, con la música”. El “viaje”, que dura una hora, parece conducir sus esqueletos, músculos, órganos y almas “hacia un estado casi místico que nos vuelve indiferentes al peligro”, según el testimonio de otra participante. Alicia, la guía, con su crespa cabellera desordenada y su permanente sonrisa, contagia su euforia al grupo que se mueve al ritmo de una música de tambores, la cual apaga para iniciar la meditación pasiva, el broche de oro con el que concluye el “viaje”. Aunque esta meditación final es en silencio y en posición de loto, durante la hora de clase el grupo ha ejercido “una forma de meditación en movimiento”, que es también “una manera de darle espacio a nuestra presencia en el movimiento, aquí y ahora”, asegura la experta.
La idea es que “junto con la expresión y la meditación”, el grupo “ejerza la conexión entre el movimiento y nuestro Ser” de manera que “todos los centros energéticos tengan un espacio para manifestarse”, explica la maestra. “No nos movemos como si fuéramos un aparato que hace ejercicio. Nos movemos desde nuestro Ser para nutrirnos y para ir abriendo los caminos hacia nuestra manifestación cotidiana”. “Buscamos darle un espacio a todos los tipos de energía y centros emocionales- ubicados en diversas partes del cuerpo- con el objetivo de nutrirlos de vida”. Además, en Río Abierto se pretende modificar el manejo muscular y respiratorio de los participantes y “por supuesto, crear nuevas conexiones neuronales”.
Para desbloquear la creatividad y que la persona sienta la convicción de que “puede llevar a cabo todo lo que tiene que realizar”, una sesión podría ser suficiente, asegura Alicia. “No necesitas años de trabajo para encontrar esto; tomas una sesión, se alinea tu energía, se pone a tu disposición y empiezas a ver la vida como algo posible, porque a veces la vemos como si fuera imposible y luchamos en contra”, asegura la directora de origen argentino.
Este tipo de terapia- que no sólo busca ampliar “nuestra gama expresiva”, sino “desbloquear trabas físicas” y generar “un sentido de bienestar, así como una conciencia de plenitud que te devuelve las ganas de vivir”- no es para uso exclusivo de la mujer, agrega Alicia. “En general, las mujeres estamos más sensibilizadas a este tipo de búsqueda, pero afortunadamente cada vez más hombres se nos unen. Necesitamos una humanidad equilibrada y nosotras solas no vamos a sacar adelante los problemas que como humanidad estamos viviendo”, afirma la maestra en plática con Notimex.
NTX/MLP/2006-05-03,11:27